Esta semana, entre otras, he leído la entrevista a Koldo Saratxaga publicada en Gara (os dejo aquí un vídeo del resumen de la misma) y la de Juan Roig publicada en varios diarios y recogida en equiposytalentos en la que nos pide que nos pongamos las pilas.
Necesitamos ponernos las pilas y necesitamos algo nuevo, es cierto, la cuestión es qué y cómo vamos a conseguirlo en un momento en el que parece que el miedo y la desesperanza se adueñan de nuestro mundo y nuestra vida cotidiana.
¿Y dónde podemos buscar? Está claro que nuestra clase política y dirigentes no están por la labor de tomar riesgos y decisiones valientes que devuelvan la ilusión a esas gentes que les eligen y pagan sus sueldos. Nuestros políticos están más preocupados en sostener un sistema que hace aguas por todas partes y mantener el Status Quo de las cosas que en realizar aquello para lo que fueron elegidos, dar soluciones a los problemas, inquietudes y anhelos de sus conciudadanos.
Así que una vez más, y ya van unas cuantas en la historia de nuestro país, nos tocará ser protagonistas de nuestro propio futuro, nos tocará ponernos las pilas e inventar algo nuevo con la esperanza de que esta vez ningún sinvergüenza o cacique de turno venga ponerse la medallita, explicando que gracias a su gestión ha sido posible esto y lo otro.
La solución estará en nosotros, es ahí donde deberemos empezar a buscar y está claro que está estrategia de paralización colectiva está consiguiendo tenernos con miedo y paralizados, así que, como señala Koldo Saratxaga, apliquemos un poco de irreverencia para ponernos las pilas y conseguir nuevas cosas, nuevos resultados, puesto que no haciendo nada o haciendo lo de siempre conseguiremos lo mismo que hasta ahora o simplemente nada.
Por tanto, en nosotros está el qué y no hace falta buscar mucho, la gran mayoría de nosotros sabemos qué queremos, lo sabemos desde hace mucho tiempo, desde que eramos niños y empezábamos a soñar con nuestra vida y con nuestro futuro. Nuestro sistema educativo y las frustraciones y creencias de muchos de nuestros mayores fueron cercenando nuestros proyectos y destruyendo ese ser poderoso, lleno de ilusión y que veía un mundo de posibilidades y nos ha convertido en otro mucho más miedoso y miope. Así que realizando un ejercicio de honestidad y valor podremos conectar con nuestra esencia y tomar las riendas de nuestra vida y decidir qué vamos a hacer mañana. El cómo no es más que poner un objetivo y trazar uno de esos planes de acción que tantas veces hemos trazado para otros para que alcanzarán sus logros pero esta vez lo haremos por y para nosotros mismo.
A moverse toca.
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