La semana pasada se presentó la tercera edición del programa Oportunidad Necesaria que el Ayuntamiento de Laredo lleva implementando desde el año 2009 y en el que colaboro desde su inicio en los procesos de desarrollo personal que se llevan a cabo.
Desde este humilde rincón quisiera felicitar al propio ayuntamiento y a todas las personas responsables y colaboradores que participan en esta iniciativa. En estos momentos duros y muy difíciles para muchísimas personas y en especial para los más vulnerables y desfavorecidos es de aplaudir iniciativas de este tipo y no sólo por su vertiente más económica que influye directamente en los participantes sino porque es, en esencia, la plasmación de un trabajo social bien entendido.
El tantas veces citado y tan pocas veces logrado "trabajo en red" se convierte en esta ocasión en una realidad. Los servicios públicos y los agentes sociales y ecónomicos van esta vez de la mano con el firme propósito de servir a quien más lo necesita.
Más allá de grandes planes de recuperación económica y/o de cambio de modelo económico (que son también necesarios) pequeñas y modesta iniciativas como ésta se hacen grandes puesto que pretenden abordar desde un punto de vista integral (personal, familiar, social y laboral) las situaciones de vulnerabilidad que muchos de nuestros conciudadanos están viviendo, utilizando el trabajo como factor de estima y desarrollador de habilidades y competencias.
El gran drama del desempleo no sólo es la falta de ingresos, el trabajo es en sí un entorno donde nos desarrollamos como profesionales y como personas, donde podemos aplicar nuestros conocimientos y habilidades, nuestras buenas prácticas y experiencias, donde seguimos aprendiendo y nos relacionamos.
Al igual que el contrato social extendido en Francia y otros países europeos esta iniciativa supone una oportunidad de trabajo para los participantes, pero también el cumplimiento de una serie de obligaciones que desde los propios Servicios Sociales han descrito: la formación continuada, participación en los talleres de desarrollo, la intervención familiar... Todo esto supone un acercamiento de los ciudadanos y las instituciones públicas que genera confianza mutua y que supone una mejor y mayor estructuración y cohesión social de nuestro país.
Por otra parte, además de los beneficios directos para los participantes del programa, existen otros que han de tenerse en cuenta como son la sustitución de rentas sociales o subsidios por salarios que revierten a la administración ingresos en forma de impuestos directos y cotizaciones a la Seguridad Social, de impuestos indirectos puesto que la propensión al consumo de las familias beneficiadas aumenta y, en esta ocasión, un pueblo turístico como Laredo, se ve beneficiado de la actividad de mantenimiento y limpieza que se realiza atrayendo nuevos visitantes y turistas que revitalizan la actividad económica local.
¡Enhorabuena!
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