El Cambio

La semana pasada compartí mesa, comida y charla con unos buenos amigos (Idoia, Elisa, Enrique y Elena). Entre otras cosas hablábamos del cambio y sus posibilidades. En estos tiempos difíciles en lo económico, muchas personas han optado por el cambio y por el rediseño de sus vidas.

También las organizaciones están reinventándose y adaptando sus estructuras a las nuevas circunstancias. Estábamos de acuerdo que aunque difícil el cambio es posible.

Ahora bien, el cambio no puede ser una mera pose, un envío masivo de bonitas frases y eslóganes que hagamos circular por la organización y que repitamos en toda reunión y encuentro con los trabajadores.

Para que nuestras organizaciones puedan enfrentarse a los nuevos retos que se nos están presentado hoy y en este tiempo difícil pero también retador que nos está tocando vivir, deben cambiar la forma de actuar, el modo en que enfocan las nuevas situaciones, debe producirse un cambio de comportamiento en ellas mismas y esto pasa por un cambio de las personas que la componen.

Las organizaciones y su forma de actuar cambian si se dan verdaderos cambios en sus personas y estos cambios deben ser profundos, desde dentro. Un cambio que nos permita acercarnos a la realidad con otras lentes y que nos dará, con toda seguridad, un enfoque y una visión diferente de las cosas.

Nos enfrentamos a nuevas situaciones con las mismas soluciones antiguas, el resultado es que seguimos teniendo problemas sin resolver, ¿a qué esperamos para cambiar?