jueves, 19 de julio de 2012

La Empatía: el fuego y las mariposas

Hace unas semanas tuve el privilegio de presentar el curso sobre Relación de Ayuda que el Centro de Humanización de la Salud impartió en Bilbao.

Entre el material que nos facilitaron encontré un pequeño relato que nos puede ayudar a entender el significado de la actitud empática y de la necesidad de mantener un buen equilibrio en la implicación emotiva de nuestras relaciones de seguimiento o acompañamiento, de tal forma que podamos vivir de una manera sana y enriquecedora todos estos procesos.

"En el reino de las mariposas, una vez el rey vio algo que relumbraba a lo lejos, Entonces quiso saber de qué se trataba. Envió a una mariposa para que investigara. La mariposa fue, volvió y le dijo al rey: <>. El rey no se quedó tranquilo ante tal respuesta y envió a  otra mariposa fue, volvió con las patitas un poco quemadas  le dijo al rey: <>. El rey no se quedó tranquilo aún y envió a una tercera mariposa. La tercera fue, pero no regresó. Sólo se percibió de ella el olor a chamusquina. La mariposa se había acercado tanto al fuego que se había quemado."

La primera mariposa no se metió lo suficiente como para captar que allí había fuego. La segunda se acercó, percibió que aquello era fuego, quedó marcada por él, aunque con la posibilidad de volver. La tercera se metió tanto que se quemó. El equilibrio en la actitud empática consiste en actuar como la segunda mariposa: aprender a captar realmente lo que hay en el otro, pero sin identificarse tanto que ello impida restablecer la distancia necesaria parra poder seguir viéndolo y acompañándolo, pero sobre todo disfrutando del proceso por muy duro que sea.

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